Tell el-Amarna, este es el nombre árabe que recibe una región situada en la ribera oriental del río Nilo, cercana a la ciudad de Al Minya y famosa por ser el territorio donde se edificó la ciudad de Aketatón a mediados del siglo XIV a. C. Este faraón ordenó la construcción de una nueva capital para su reinado, pues oficializó el monoteísmo como religión del reino y quería reforzar la nueva creencia con esta “refundación” del reino. Amarna fue concluida en un breve periodo de cinco años, pero su vida fue igualmente corta, pues a la muerte de Akenatón, su hijo y sucesor, decidió regresar a la antigua capital en Luxor, con lo que la nueva ciudad quedo prácticamente abandonada; siendo utilizada casi exclusivamente como fuente de material para la construcción de otros sitios.